El Papa Francisco, en muchas de sus intervenciones a lo largo de estos años nos ha invitado a todos, especialmente a los jóvenes, a estar despiertos. Nos invita a no ser «cristianos de sofá», perezosos y abotargados, «pues no hemos venido a este mundo a vegetar, sino que hemos venido a dejar una huella». Un cristiano sabe que la felicidad «no es andar por la vida dormido o narcotizado», sino entregarse a los demás. Es decir, levantarse del sofá, «ponerse los zapatos y salir a caminar por senderos nunca soñados siguiendo la ‘locura’ de un Dios que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, el sediento, el desnudo, el enfermo, el preso, el inmigrante, o el vecino que esta solo». ¿No es toda una invitación despertar?

Continuamente estamos recibiendo informaciones de la situación de nuestro planeta, de nuestro país, de nuestra ciudad, de los plásticos en los mares, etc. Se toman decisiones para combatir la contaminación en las ciudades, se promueven campañas de reciclaje, pero ¿es suficiente? Es hora de despertarse del sueño y ponerse a trabajar. Multitud de ofertas, cercanas y sencillas, nos invitan a trabajar por un mundo más sostenible. ¿Te apuntas?

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